Dormir mucho es un problema muy serio | Resuelto

Dormir mucho

Significado de los sueños

Relatos para dormir

Relatos para dormir El caso del amante misterioso 2

Relatos para dormir. Lo que pasaba por esa casa era demasiado aunque para el dueño no era algo que sea para correr, al menos este señor nunca negó ni aceptó que algo pasa ahí. Ahora esa casa no era recién construida porque antes era de un solo piso tipo villa y que según la gente que conoce la historia de esa casa, decían que ahí vivió una señora que le gustaba andar con lo raro.

Cuando pregunté ¿Qué tan raro era? Algunos ni querían hablar puesto que le tenían miedo, pero como siempre hay alguien que no hace caso a esas supercherías, dijo que era una bruja la que vivió en esa casa y se fue porque tenía muchos problemas con personas que se quejaban de ella.

Relatos para dormir
Relatos para dormir El caso del amante misterioso 2

Cuando el nuevo dueño vino lo que hizo fue tumbar unas cuantas paredes y alzó un piso, que es el lugar donde empezó con algunos que otros problemas, pero el mayor de todos fue cuando alzó el otro piso que fue cuando se escuchaban los golpes en las paredes, algo que con el tiempo se hizo mucho más fuerte.

Como todo debe ir en su orden, pienso que hay que seguir con los relatos que es cuando lanzó la advertencia sobre que no se metan con ella, que fue lo peor que pudo hacer puesto que eso fue como que la condenó, pero esto suele pasar porque la persona en sí tiene miedo pero como se hace la valiente, da muestras que no cuando si lo es.

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Esto detecta lo que esté en el ambiente porque ellos solo se acercan a las personas que tienen miedo, al menos nunca a los que están serenos aunque sepan que algo raro pasa. El miedo es como una reacción que produce cuando se huele cebolla, que es cuando salen lágrimas, bien, el miedo lo que hace es que uno despida un olor que solo es detectado por los entes, espíritus o lo que sea que está en al ambiente.

En otro día que nos encontramos el grupo de amigos alguien tocó de nuevo el caso de la casa, y así se empezó de nuevo con relatos que no se habían dicho. En este caso lo que contó el señor que hacía los viajes era de algo que había pasado entre los dueños de esa casa. Esto empieza con algo que dijo esta señora al señor que hacía de chófer.

—Sabe señor ¿Últimamente me siento muy cansada y lo raro que no sé por qué?

—Trabaja mucho en las noches con su marido.

—Si fuera eso estuviera callada pero no, aunque algo me pasa cuando duermo, es como que alguien se acuesta a mi lado pero no veo algo que diga que es así —por un momento se queda callada—. ¿Sabe una cosa? Al comienzo pensé que era mi marido que hasta me cansó y ahora no dejo que duerma en mi cama.

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— ¿Cómo puede hacer que su marido duerma aparte? Porque si es así y le acepta…usted si que lo tiene bien cogido.

—No se trata de ello, lo que pasa es que mi marido es muy exigente y quiere estar moviendo todo el tiempo y eso a mí me cansa, pero como pensé que era eso porque al día siguiente no me acuerdo lo que hago la noche anterior, es que un día me llegó hasta la coronilla y lo lancé fuera de mi cama, pero eso sigue y ¿Cómo puede ser si duermo sola?

El chófer no dijo nada y solo pensaba porque no es la primera vez que escucha algo parecido, pero sin embargo si era preocupante ya que nadie puede saber lo que se siente a menos que le pase algo parecido. Con el tiempo esta casa se hizo grande y lo que no ocupaban lo alquilaban y fue ahí que un amigo fue a vivir por algunos años y lo que contó él si era preocupante.

Recuerden que en muchos casos no se puede creer todo lo que se conversa, ya que algunas veces solo son relatos para pasar el tiempo pero lo que se sabe de esa casa, no solo se ha sabido por una persona, esto lo he escuchado de parte de algunas que han trabajado ahí hasta como empleados y todos dicen que ahí penan que da miedo.

Por azar del destino, sin saber quién era hice amistad con una señora que después y con el tiempo me enteré que era la dueña de esa casa (vivo muy lejos de ahí), al menos cuando recién tenía unos días de conversar me contó de algo que le pasaba que desde luego, que era una versión diferente a la que su marido contó en una reunión.

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Según el marido no es posible vivir sin amar a Dios porque él lo puede todo, al menos de lo poco que lo conocí y fue en esa reunión, no tenía el aspecto de ser alguien que se apega a una religión, a menos que algo le haya pasado. No me equivoqué porque después de unas cervezas contó de algo que quiso dominarlo pero según él, no pudieron porque él los expulsó con el poder de Jesús.

Desde luego que según la versión de este señor daba a entender que él es más fuerte que cualquier cosa que haya en la casa, algo que fue desmentido por la mujer solo que ella, no sabía la versión de su marido, que fue lo que me contó que presumo que lo hizo solo porque al ser alguien desconocido, no había problema de que me entere de algo bien raro.

Ella empieza con: era un día normal de trabajo y yo subí a mi departamento a descansar un poco, que desde luego que no era algo fuera de lo normal porque siempre lo hice, pero ese día fue diferente porque en el momento en que me acosté, me sentí con tanto sueño que no podía mantenerme despierta y cerré los ojos.

De pronto sentí como que mi marido estaba tocándome y como él sabe que yo no se lo permito, abrí los ojos con todas las furias que sentí y…no había tal marido…estaba sola y de paso sentía que alguien me sostenía de los brazos y me tocaba por todos lados…eso fue algo muy intenso y de miedo al mismo tiempo.

Al comienzo el miedo no me dejaba decir una palabra, era como que estaba sometida al placer pero sabía que no era normal, por eso en un momento en que pude ¡Grité! Que gracias a eso fue que me soltaron y con eso bajé corriendo de mi departamento y cuando llegué al local, estaba tan agitada que el corazón me palpitaba a mil.

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—Lo que me ha contado, ¿Es verdad o estaba dormida y no sabe si fue un sueño?

—Estaba bien despierta y solo cerré los ojos por un segundo y ahí pasó todo esto —por un momento se quedó callada mirando al piso—. Pero eso no es todo ya que lo que pasó después, eso si fue de terror pero yo no le tengo miedo pero mi marido sí, solo que no lo admite.

Entonces prosigue con el relato: cuando llegué al local me preguntó, ¿Qué te pasa? Qué desde luego no le podía decir lo que me pasó porque lo conozco que es idiota y es muy posible que me salga con una tontería, por eso solo le dije que venía corriendo pero nada más. Así pasaron algunos días que todo estaba tranquilo.

Un día y esto si fue de noche, así mismo me acosté como siempre solo que esta vez me quité toda la ropa ya que hacía mucho calor. Después de unos minutos que apagué la luz, de nuevo sentí como que era mi marido el que se había metido en mi cama, cuando abrí los ojos, estaba toda desnuda y excitada por la forma en que me tocaban que ya no fue con tanto miedo como en el primer momento.

Lo que hice y no lo puedo negar, fue que me dejé hacer todo lo que quería esa cosa ya que para mí fue algo diferente y muy bueno, que desde luego no es que lo haya permitido porque quería, si no que no podía negarme, era como que por dentro de mi cabeza me decía que lo haga y como me gustaba, lo dejaba.

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—¿Es verdad eso? —muy extrañado la miraba y al mismo tiempo con recelo.

—Claro que sí y sé que no me va a creer pero no importa, solo quería contárselo a alguien ya que si le digo a mi marido, es fijo que me va a tratar de puta y de paso me va a creer loca.

—Tranquila, no se preocupe que no soy de aquellos que acusan, solo escucho lo que quiera contar, siga.

Prosigue: Esto fue tan bueno ya que no era que venía todas las noches, porque era como que cada vez que había luna pero eso fue así por un tiempo porque después, ya se hizo más seguido y no solo de noche, lo hacía en el día o cada vez que salía a la calle y regresaba, pero… un día yo no sé cómo me marido como que sospechaba algo.

Tanto fue sus dudas y sospechas ya que yo no lo dejaba dormir en mi cama, que un día subió tras de mí y justo cuando me tenía toda cogida desnuda y todo, entra mi marido a mi dormitorio y me ve así toda retorciéndome de placer, con mis ojos cerrados, cuando escucho un grito de esos que se oyen claro en luna ¡¿Qué está pasando aquí?!

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Esa cosa a la cual le había perdido todo el miedo que sentí en otros momentos, parece que se asustó igual como yo con semejante grito de mi marido, por el cual al reaccionar a lo que estaba sintiendo, no me quedó mas remedio que contarle lo que estaba pasando, algo que desde luego no me quería creer y de paso hasta me dijo que me vaya de la casa.

Esto me hizo pensar que viendo desde su punto él tenía razón de reclamar aunque para él yo me estaba masturbando, pero ¿Cómo lo podía hacer si mis manos estaban sujetas arriba de mi cabeza? Algo que lo hizo pensar, que es lógico que para hacerlo por lo menos debía tener una mano abajo, pero no fue así, algo que en parte entró en razón.

Debo aclarar que cuando pasó esto yo no estaba casada con él que era la razón por la que me dijo que me vaya, pero después me las ingenié para que se case conmigo para proteger mi parte de todo lo que se ha hecho. Esto se calmó por unos días hasta que así mismo un día que era domingo me pasó lo mismo solo que esta vez, ya tenía miedo por la reacción de mi marido.

El caso es que en ese día que justo íbamos a salir de paseo, cuando siento que me empujan a la cama pensando que era mi marido, pero cuando reacciono y me doy que era de nuevo el dichoso misterioso amante mío que tenía, sin saber quién es, por el cual quiero soltarme y no puedo, veo como me iba quitando la ropa y yo no podía defenderme ni gritar.

Como el tiempo había pasado y mi marido esperando abajo, él decide subir y cuando entra en el dormitorio me ve toda desnuda y que luchaba por soltarme, mi marido grita a voz en pecho, ¿Qué está pasando aquí? Cobardes se meten con ella porque no se puede defender, ¿Por qué no lo hacen conmigo?

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—La verdad que si no lo veo no lo creo, al menos siempre pensé que lo que se ve en películas eran fantasías pero no es así, es real, yo lo vi.

—Pero, ¿Qué vio para que esté tan tensa?

—Lo que vi fue que en el momento en que mi marido dice lo que dijo, lo veo como empieza a cogerse del cuello y lo veo como se eleva y sus piecitos guindaban como a unos treinta centímetros sobre el piso, ¿Puede creer eso? fue algo increíble —luego de eso y yo todo nervioso puesto que fue algo inesperado ya que la versión de él fue distinta que es fijo que se refiere a lo mismo.

—Ya veo pero, ¿Usted asegura que eso pasó de verdad?

—Claro que sí y lo puedo contar ante cualquiera que de igual no me importa.

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—¿Y después qué pasó?

Prosigue: cuando lo vi todo guindado y que sus manos trataba de quitarse algo de su cuello, veo como lo levanta más y lo saca de mi dormitorio y así elevado en el aire lo lleva hasta la pared del fondo. En ese momento aprovecho para vestirme lo más rápido que pude y salgo pero esta vez, grité ¡Ya déjalo que es mi marido!

El amante
El caso del amante misterioso 2

Ese grito fue suficiente porque de ahí vi como lo soltó de golpe y mi pobre marido cayó pesadamente casi sin aire, que luego se fue recuperando para contarme que alguien lo estaba ahorcando y es tan fuerte, que no podía hacer algo para soltarse.

Desde aquel día como que se calmó y solo veía una sombra, pero sí lo podía ver cuando salía, lo veía en el balcón cuando iba llegando desde la calle. Después de poco tiempo quedé embarazada de mi primera hija y todo quedó bien hasta que la niña estaba creciendo, pero esto cambió porque de un momento a otro sentía que mi hija estaba en peligro.

Esto me hizo tomar medidas que hasta me defendía con lo que podía y una señora me dijo que esta clase de entes, tienen miedo al brillo y cortante filo de un machete, no esperé nada y me fui a comprar uno y bien reluciente y cuando sentía que algo rondaba a mi hija, lo que hacía era ponerme afilar el machete y dejaba de molestar.

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Esto fue hasta que mi hija entró en escuela que no volvió a molestarme a mí ni a mi hija, pero eso si, hacía de las suyas con los inquilinos que algunos no aguantaban ni tres meses, pero otros si duraron porque sabían lo que pasaba e incluso tuve uno que lo molestó hasta que ya no le hizo caso y eso fue todo, al menos él me dijo lo que pasaba en su departamento.

Al menos si hubiera sabido eso desde el comienzo no hubiera sentido lo que es tener un misterioso amante, ni siquiera hubiera sentido lo que es ser tocada con manos que no son de este plano. Al menos eso pasó en esos tiempos, ahora si me preguntan, ¿Ese ente sigue por ahí? Desde luego que sí y todavía sale al balcón cuando llego de la calle pero ya no molesta como antes.

En esa casa hubo gente que salía corriendo hasta la misma familia de los dueños, porque algunos decían que escuchaban voces como que alguien venía detrás bajando las escaleras, pero cuando volteaban la cara, no hay nadie, que desde luego es para salir corriendo y esto ha sido hasta ahora solo que en estos momentos como que ya no importa.

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