La pregunta que muchos se hacen, ¿Qué hace que no pueda dormir en paz? El dormir es algo placentero y que en mala hora a muy pocos les llega, incluso, la razón tiene diferentes matices pero la que más incide en dar un mal sueño, es cuentas pendientes consigo mismo.
Hace unos días, en una reunión entre amigos, alguien me dijo que se estaba preparando para no tener una vejez deprimente, pero algo que no entendía es que tiene mal sueño casi todos los días.
En mi curiosidad le pregunté, ¿A qué te refieres con mal sueño? La respuesta fue que no conseguía dormir en paz, desde luego que no es todos los días pero si molesta cuando le llega a pasar, ya que al día siguiente se levanta con ganas de tonterías.
Qué hace que no pueda dormir en paz
Las tonterías a la que se refiere, es que se porta mal con cualquier persona que por la mínima razón le dijo algo que no le gustó. Lo peor de todo es que ni siquiera tiene importancia, pero como tiene ganas de hacer daño, pierde el control.
Por esta razón le hice otra pregunta, ¿Qué estás haciendo para que tu vejez no sea deprimente (52 años)? Según él, a esta edad recién se ha dado cuenta que hay muchas cosas por aprender, por esto trata en lo posible por hacerlo.
Busca la forma de no hacer sentir su presencia en la casa en la que vive, no molesta a nadie y de paso medita o creo que recién está aprendiendo. El proceso que me explicó que está haciendo es bueno, al menos para mí sí.
Si esto es así, entonces ¿Por qué tiene problemas para poder dormir en paz? La respuesta está en su acción cuando se levanta mal al no poder dormir bien. Esto quiere decir que tiene muchos recuerdos negativos en su memoria.
Lamentablemente no se ha dado cuenta que lo tiene y por esto, haga lo que haga, siempre tendrá la misma reacción al no poder dormir en paz. Es más, el mismo hecho de no poder hacerlo da como indicio de que tiene conflictos internos mentales.
La meditación le puede quitar ese problema pero los resultados excelentes no es inmediato, eso toma su tiempo y mucho. Ahora que pienso que recién está empezando y de paso como no tiene paciencia, pierde el control más rápido que veloz.
¿Por qué no se duerme en paz?
Toda persona tiene un cerebro con capacidades inmensas, que le sirve para muchas cosas increíbles y una de ellas, es ser una bodega inmensa donde guarda todo lo que le pasa en el día a día.
Esto es muy bueno pero es malo cuando se dedica con orden de su mente, a guardar lo que le hace sentir emociones negativas. Como son sensaciones que alteran, siempre lo tendrá presente de una forma insospechada.
Ahora, ¿Cómo hace la mente que el cerebro guarde tanto sin que tenga presente lo que hace? Esto es que gracias a la capacidad creativa de su mismo cerebro, logra simplificar reduciéndolo a la mínima expresión, igual como hace el acortador de enlaces en la red.
Por decir, si tuvo una mala experiencia que duró media hora, su mente que no quiere que usted se enferme aunque con el tiempo eso hará, lo que hace es formar unas imágenes que duran apenas un minuto (como ejemplo).
Su cerebro ya sabe lo que es y cada vez lo traduce, cuando necesita de esa información para sentir lo que sintió en su momento. Ahora, cuando se está consciente, no está esa información porque uno pone un corta fuego y se neutraliza.
El problema de las personas que no están con mal genio todo el tiempo, (como la persona que no puede dormir en paz) es que cuando se acuestan, en el momento en que activa su modo de sueño, el corta fuego se desactiva.
El resultado es que todo lo malo que tiene pendiente sale como manada desbocada, sin control de nada, con esto se origina que su mente pasa ocupada toda la noche, lo peor es que al ser severo, hasta se llega a revivir lo que pasó.
Qué hace las malas actitudes cuando se activan
Las malas actitudes surgen cuando se activa un mecanismo de protección mental que, en lugar de resolver el problema, lo distrae. Al día siguiente, la persona se levanta cansada y sin entender por qué. La razón radica en que, al activarse el «corto circuito» mental, el individuo se ve atrapado en un ciclo de reacciones automáticas que lo alejan de la claridad.
Este programa mental solo busca protegerlo, pero lo hace de manera ineficaz. La situación empeora cuando la persona recurre al alcohol. El consumo de alcohol hace que el consciente se apague, permitiendo que el inconsciente tome el control.
En estos momentos, emergen actitudes negativas, influenciadas por información almacenada en el inconsciente, a menudo relacionada con eventos clave de la vida. Es por eso que los borrachos suelen exhibir malas actitudes: sus reacciones no provienen de su mente consciente, sino de la programación interna que no han procesado.
El insomnio o la falta de paz también tienen su origen en este conflicto interno. Cuando una persona se pregunta por qué no puede descansar, la respuesta radica en lo que tiene guardado en su mente. Las emociones y experiencias no procesadas se acumulan, afectando su bienestar.
Sin embargo, la buena noticia es que este problema tiene solución. Existen métodos como la meditación, que permiten liberar esa carga mental, o el uso de programas mentales que ayudan a reprogramar la mente y eliminar esos bloqueos emocionales. Así, se puede lograr un estado de paz y equilibrio sin mayores complicaciones.
El poder de la mente inconsciente sobre la persona
La mente inconsciente tiene un poder significativo sobre una persona, a menudo más del que somos conscientes. Esto ocurre debido a su capacidad para almacenar experiencias, recuerdos y patrones de pensamiento que, aunque no estamos constantemente conscientes de ellos, influyen profundamente en nuestras acciones, emociones y decisiones.
Pero, ¿Qué hace que la mente inconsciente tenga tanto poder sobre la persona? La clave está en su función de proteger y automatizar comportamientos, creando un sistema de respuestas automáticas ante diversas situaciones.
Cuando somos pequeños, el inconsciente absorbe todo tipo de información sin filtro, guardando cada experiencia, ya sea positiva o negativa. Con el tiempo, el inconsciente empieza a usar estos recuerdos almacenados para tomar decisiones por nosotros, a menudo sin que lo notemos.
Este proceso se vuelve tan eficiente que la mente consciente puede desconectarse de muchas tareas, como caminar, conducir o incluso interactuar socialmente, porque el inconsciente se hace cargo de ellas.
Sin embargo, este mismo poder puede ser una desventaja. Las malas experiencias o traumas no resueltos se almacenan en el inconsciente y, al activarse, nos pueden llevar a reacciones automáticas que no están basadas en el presente, sino en memorias pasadas.
¿Qué hace que estos recuerdos y patrones tengan tanta influencia en el presente? La mente inconsciente opera con una lógica diferente a la consciente. Mientras que la mente consciente se basa en la razón y el análisis, el inconsciente actúa desde un lugar de supervivencia, buscando mantener la estabilidad emocional y física a toda costa.
Este sistema primitivo se desarrolla a lo largo de la vida y, en ocasiones, puede ser irracional. Cuando las emociones del inconsciente se activan, el individuo puede reaccionar de manera exagerada o incluso auto-destructiva, sin entender por qué está actuando de esa forma.
La interacción entre consciente e inconsciente
La relación entre la mente consciente y la inconsciente es compleja, y lo que hace que el inconsciente tenga tanto poder es su capacidad para influir en la persona sin que esta se dé cuenta. A menudo, los pensamientos y las emociones que parecen surgir «de la nada» son, en realidad, el resultado de programación inconsciente.
Esto ocurre porque, en muchos casos, los patrones del inconsciente son mucho más fuertes que la voluntad consciente de cambiar algo. Las personas pueden querer modificar ciertos comportamientos, como dejar de fumar o controlar su temperamento, pero si esos comportamientos están profundamente arraigados en el inconsciente, resulta casi imposible hacer el cambio sin una intervención consciente y deliberada.
¿Qué hace que el inconsciente guíe nuestras vidas de esta manera? En primer lugar, el inconsciente tiene el control de nuestras emociones. Aunque intentemos racionalizar nuestras reacciones, la mayoría de las veces lo que sentimos está influenciado por información que está oculta en nuestra mente inconsciente.
Por ejemplo, una persona que tiene miedo a los perros puede no recordar un episodio traumático de su infancia relacionado con un perro, pero esa memoria está almacenada en el inconsciente y guía sus emociones y comportamientos.
El inconsciente también influye en la forma en que percibimos el mundo y las decisiones que tomamos. Si hemos aprendido a través de experiencias pasadas a percibir ciertos tipos de personas o situaciones como amenazas, esa información afectará nuestras respuestas, incluso si nuestra mente consciente intenta racionalizarlas de manera diferente.
Finalmente
Lo que hace que la mente inconsciente tenga un poder tan grande sobre la persona es su capacidad para manipular el comportamiento sin que seamos conscientes de ello. El inconsciente puede activar patrones de pensamiento y emoción que guían nuestras acciones y reacciones sin que tengamos control total sobre ellos.
Esto puede llevar a decisiones impulsivas, miedos irracionales, o incluso actitudes autodestructivas que parecen no tener una razón lógica desde el punto de vista consciente. Para tomar el control y cambiar este ciclo, se necesita un esfuerzo consciente para reprogramar la mente y reemplazar los patrones negativos por otros más saludables.
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