Por qué me quedo dormido. Hace unas semanas un visitante a mi blog me pidió una consulta por vídeo, en el cual me explicó que le estaba pasando algo muy raro, esto es que de un momento a otro su cuerpo como que no quiere responder porque se siente demasiado cansado y tiene demasiado sueño.
Para terminar su explicación en la cual ya me había hecho la pregunta de, ¿Por qué me quedo dormido? Me dice que por mucho que ha hecho incluso ha visitado al Doctor y no ha conseguido nada, aparte de que ha gastado mucho dinero, por esto y para no acudir a los especialistas tradicionales, es que me consulta.

Por qué me quedo dormido
Ahora descartando lo que le haya dicho el médico en vista que para mí, si es por debilidad la solución es la comida, calidad y nada más. En este caso no es así ya que su malestar aparece de un momento a otro sin ningún caso que le haya pasado, como alguna experiencia de fuerte emoción.
Esto es que posiblemente por la descarga de emociones, la mente lo que hace es darle más de lo que le hizo daño porque lo único que entiende es que le sirve, por el simple hecho que no sabe si es malo o bueno, solo sabe que le da emociones y con eso pensamientos que de nuevo le da más emociones.
Al comienzo me resistía que sea otra cosa ya que lo único que puede generar tanto cansancio es el agotamiento de la energía interna, que se puede activar solo en dos casos, la una es cuando la persona tiene demasiada descarga de energía como en las relaciones íntimas y la otra es cuando, su estado mental está muy alterado y confundido.
Ahora con las preguntas que le hice y con las respuestas que me dio no era ninguna de las dos, entonces, ¿Cuál era el problema? Para encontrar lo que podría estar ocasionando esta clase de inconveniente, tuve que hacer un recuento en pasado de la vida del señor y empezar en el momento en que sintió el primer efecto.
Comprendiendo el agotamiento de la energía interna
El agotamiento de la energía interna es una experiencia que afecta a millones de personas en algún momento de sus vidas. Este estado no se trata únicamente de cansancio físico, sino de una sensación profunda de desgaste emocional, mental y espiritual que nos deja con la pregunta: «¿Por qué me siento así?»
A menudo, esta sensación de agotamiento surge de una acumulación de demandas y presiones internas y externas que superan nuestra capacidad de recuperarnos. Muchas veces, el agotamiento interno no aparece de forma repentina.
Es un proceso gradual que comienza con pequeños signos: dificultad para concentrarse, falta de motivación y una sensación de estar emocionalmente desconectado. Sin embargo, solemos ignorar estas señales hasta que se convierten en una carga pesada que nos obliga a detenernos.
En ese momento, nos encontramos reflexionando: «¿Por qué me cuesta tanto encontrar energía para seguir adelante?» Las causas del agotamiento de la energía interna son diversas y pueden variar de persona a persona.
Las responsabilidades laborales, los conflictos familiares, la falta de tiempo para uno mismo y las expectativas autoimpuestas suelen ser factores desencadenantes. Además, el ritmo acelerado de la vida moderna nos empuja constantemente a hacer más, ser más y lograr más, dejando poco espacio para el descanso y la introspección.
Ante este panorama, es inevitable preguntarse: «¿Por qué me dejo llevar por este ritmo sin pausa?» El impacto del agotamiento interno no solo se manifiesta en nuestras emociones, sino también en nuestro cuerpo.
Dolores musculares, insomnio, problemas digestivos y una mayor vulnerabilidad a enfermedades son solo algunas de las señales físicas que nos indican que algo no está bien. Cuando estos síntomas aparecen, solemos preguntarnos: «¿Por qué me pasa esto si estoy haciendo todo lo posible por cumplir con mis obligaciones?»
Restaurando la energía interna
Recuperar la energía interna requiere un enfoque consciente y comprometido. El primer paso es reconocer que el agotamiento no es una debilidad, sino una señal de que necesitamos cambios en nuestra vida.
En lugar de resistirnos a las emociones de cansancio y frustración, es fundamental escucharlas. Preguntarnos: «¿Por qué me siento tan desconectado de mí mismo?» puede ayudarnos a identificar qué aspectos de nuestra vida necesitan atención.
El autocuidado es una herramienta clave en este proceso. Dedicar tiempo para actividades que nos brinden alegría y tranquilidad, como leer, meditar, caminar al aire libre o simplemente descansar, puede ser un bálsamo para nuestra energía interna.
Sin embargo, es común que muchas personas sientan culpa al priorizarse a sí mismas, lo que las lleva a cuestionarse: «¿Por qué me cuesta tanto darme permiso para descansar?» Además del autocuidado, es importante aprender a establecer límites saludables.
Decir «no» a compromisos que drenan nuestra energía y buscar apoyo en amigos, familiares o profesionales puede marcar una gran diferencia. Al hacerlo, podemos enfrentarnos al desafío de preguntarnos: «¿Por qué me resulta tan difícil pedir ayuda cuando la necesito?»
El agotamiento de la energía interna también nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y valores. A veces, perseguimos metas que no son realmente nuestras o nos aferramos a expectativas poco realistas.
En estos casos, detenernos y reflexionar: «¿Por qué me estoy exigiendo tanto?» puede ayudarnos a realinear nuestras acciones con lo que realmente importa. Finalmente, es importante recordar que restaurar la energía interna no es un proceso lineal ni rápido.
Habrá días buenos y días malos, pero cada pequeño paso hacia el bienestar cuenta. En los momentos más difíciles, cuando el agotamiento parece insuperable, es útil recordar que la pregunta «¿Por qué me siento así?» es el inicio de equilibrio y sanación.
¿Cómo es el proceso?
Lo que se hizo fue hacer que recuerde en estado de trance todo lo que hizo en los días que tuvo el primer síntoma, lo que se sacó a relucir es que este señor hizo un cambio en su oficina, movió el escritorio de lugar por el hecho que no se sentía a gusto en donde lo tenía.
Según sus recuerdos, todo estaba bien en los días anteriores dando por sentado que no hubo ningún tipo de experiencia como un trauma emocional, solo el cambio de muebles en su oficina. Esto me puso desconcertado pero me acordé que una vez me pasó algo parecido en una anterior oficina.
El punto en esto es que los síntomas mas severos es que el cuerpo pasa todo el tiempo cansado, al punto que el sueño se convierte en un problema y que en las mañanas, uno se levanta con los ojos hinchados y esto fue corroborado por el cliente, ya que sentía exactamente lo mismo que yo en su momento.
Todo estaba bien en sus recuerdos hasta que dijo algo que me llamó la atención, esto era que por comodidad, el escritorio lo había puesto justo a la entrada de su oficina y que para el colmo, su silla daba la espalda a la entrada, algo inusual pero para él fue la mejor opción.
La pérdida de energía
Esto hizo que empiece a investigar sobre energías perdidas por la mala posición de muebles, algo igual como que no se debe poner una cama justo a la entrada de su dormitorio o, tener un espejo en el mismo y peor si tiene un televisor frente a su cama.
Con todo esto que ya lo sabía y con la sospecha que podía ser eso lo que estaba haciendo, que pierda energías sin haber hecho algo para que dé ese resultado, es que le sugerí que cambiara su su silla del escritorio pero que en este caso, en vez que dé la espalda a la puerta, lo de dentro de la oficina.
Hizo como le dije y eso fue hace unos diez días que lo hizo y los cambios se empezaron a sentir al día siguiente, desde luego que no es magia y que se iba a reactivar como si fuera una pila nueva, pero si ha sentido la diferencia y para empezar el sueño pesado de todo el día ya no lo siente, los ojos ya no los tiene hinchados.
Ayer recibí un mensaje de texto por Facebook en el cual me explica, que los cambios han ido en progreso y cada día que pasa se siente mejor, incluso ahora ya está haciendo ejercicios que antes no lo podía hacer por el excesivo cansancio.
¿Por qué me quedo dormido?
Esto lo puedo explicar con algo sencillo, porque por mucho que le de vueltas al asunto lo único que pude ver en su caso, es que la entrada de su oficina está justo en la sala de su casa, en la cual hay una ventana que no tiene cortinas por ser fija, y el sol entra por ahí.
Lo que indica que en las mañanas cuando este señor se sentaba a trabajar, el sol daba en su espalda algo que no tiene por qué afectarle ya que usa aire acondicionado, pero sin embargo hay algo que tal vez muchos no estén de acuerdo, toda entrada tiene una puerta por la cual entra todo lo que puede entrar incluso la mala energía.
Esto quiere decir que a pesar que es buena persona y tiene éxito (según él) hay gente que le tiene mucha envidia, lo que indica que al estar en la entrada, él es el recogedor de todo eso lo que le daba el pesar, cansancio, mucho sueño, sin ganas de hacer algo y de paso sabiendo lo que sentía no quería hacer algo hasta que lo empujaron.
La prueba es que al cambiar de posición todo cambió, lo sé porque a mí me pasó algo parecido hace algunos años y cambia solo con dar unos pasos. Ahora no solo pasa en el dormir, esto suele pasar hasta con los negocios o pequeñas empresas que no surgen en sus inicios, pero se cambian unos cuantos metros, una cuadra o solo con pasarse al frente, todo es diferente.
La vida de este señor ha vuelto a lo que era antes y pasó con este problema más de tres meses y cada día era peor, ahora ya se levanta tranquilo y trabaja sin quedarse dormido.
En conclusión:
¿Por qué me quedo dormido? La respuesta en este artículo no quiere decir que sea la única manera de solucionar algo parecido, ya que puede que las razones sea diferentes por lo tanto, la solución también. En todo caso se debe tomar como una ayuda a una posible causa.
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