Aparte de algunos males el dormir mucho puede causar dolor de espalda, esto no necesariamente tenga que ver con el colchón que se está usando aunque a veces si sucede y más cuando no es el adecuado.
En muchos casos el dormir depende mucho de su estado de ánimo, esto es que puede ser placentero o una mala noche. Cuando se habla del colchón y en especial del adecuado, suele suceder que se refieren a posibles daños en la estructura de la columna vertebral.
Dormir mucho y la espalda
Esto es por la posición en que el cuerpo queda cuando se acuesta, claro que no es en los primeros minutos pero sí cuando pasa más tiempo, ya que el material va cediendo.
El punto aquí y que es lo que no dicen es que toda persona que no está tranquila consigo mismo, por ley, tiene los músculos del cuerpo (esto es en general) en tensión o sea, no tienen flexibilidad. Esto sucede por la tensión nerviosa en la que está la mente aunque no lo sabe pero si actúa en el mínimo movimiento de alerta.
El estrés es el principal en apariencia causante de todos estos problemas físicos y no solo de la espalda, puede ocasionar que deje de dormir y ese es otro problema que de igual no tiene nada que ver con el colchón.
El estrés se origina por experiencias negativas que no se dejó que pasen cual peatón casual de tu vida. Esto al no soltarlo como si fuera cualquier piedra sin sentido, llega a tener peso en tu inconsciente llegando a causar molestia, ¿De qué forma? Aunque la mente no sabe que te hace daño solo sabe que te sirve para que te de una emoción.
Esta te llega con la diferencia que te causa tristeza y nunca neutralidad. Dependiendo de la experiencia es el resultado del malestar físico, esto es que a más molestoso, más problema dará. El dolor de espalda se origina por problemas emocionales que están pendientes.
Claro que siempre y cuando no haya alguna razón de golpes o lesiones por accidentes de cualquier tipo, aunque esto también suele suceder por emociones. Los problemas emocionales hacen que los músculos del cuerpo se pongan rígidos sin dar alguna razón de por qué deben estar relajados.
Dormir mucho y la tensión muscular
Por lo tanto, la persona en el momento en que se acuesta y no ha tranquilizado su mente, sigue manteniendo esa rigidez que hace que surja dolor al estar en una posición que no es la habitual para la contracción.
Por esta razón es que no depende del colchón ya que si tú estás tranquilo, tu cuerpo se adapta a cualquier lugar dónde decidas dormir. Si observan en la calle a las personas que no tienen nada que perder y que algunos ya no sienten ningún sentido por la vida, ellos duermen en donde les coja la noche.
En el momento en que ya piensan en que es hora de descansar, ¿Creen que están pensando en la calidad del colchón que van a usar para dormir? Imposible, en esa gente no existe eso pero sin embargo duermen tranquilos así sea en el suelo.
Esto es tan fácil que basta con tener algunos cartones en el piso, ¿Por qué digo esto? Simple, lo he hecho y es verdad funciona. Esto pasa porque esta gente al ya no tener una brújula para su vida, pierden el interés por la misma, por lo tanto, deja de ser importante.
Esto se da porque hace tiempo han dejado de tener preocupaciones, ¿Por qué? Porque se han hecho a la idea de que ellos ya no pueden, entonces ¿Para qué luchar en contra de algo que no tiene sentido? Dormir mucho puede causar dolor de espalda solo si para ti tu vida es un verdadero problema.
Los problemas existen pero solo como un medio de solución, es decir, no existe un problema que no tenga solución y en el mayor de los casos está en las narices de uno mismo, sí no, que la persona se acostumbra a ser pesimista.
El poder de decidir: Cómo la mente transforma el dolor en bienestar
Los dolores se van en el momento en que la persona decide que su vida no es como se lo han hecho creer. La vida es como uno la decide, porque solo así se puede cambiar todo el entorno. Nadie más tiene el control.
Mientras la mente esté ocupada en malestares emocionales, mantendrá al cuerpo en tensión. No lo soltará hasta que tú lo decidas. Así de simple. No me creas, compruébalo. Dormir mucho puede causar dolor de espalda solo si tú lo permites.
No es el tiempo de descanso lo que afecta, sino lo que la mente interpreta. Si crees que dormir en exceso te hace daño, tu cuerpo responderá a esa creencia. Si decides que te recupera, el efecto será otro. La realidad no es impuesta, sino elegida.
Quien asume el control sobre su percepción, transforma su experiencia. Quien decide soltar el dolor, sana. No se trata de negar lo que se siente, sino de cambiar la relación con ello. Cada pensamiento influye en el cuerpo.
Las emociones reprimidas se reflejan en tensión, fatiga o enfermedad. No hay misterios en esto: el cuerpo obedece lo que la mente ordena. El bienestar empieza en la mente. Las creencias construyen la realidad. La pregunta es: ¿quieres seguir atrapado en el dolor o prefieres comprobar cuánto puedes sanar solo con decidirlo? Tu cuerpo espera tu respuesta.
Cómo mantener una vida en paz
La paz no es algo externo, sino una decisión interna. Muchas personas buscan tranquilidad en lo material o en la validación ajena, pero la verdadera calma nace de la mente y las acciones diarias. Para mantener una vida en paz, es necesario equilibrar cuerpo, mente y emociones.
Esto implica soltar lo que no se puede controlar, cuidar el bienestar físico y elegir pensamientos que sumen, no que resten. El descanso es fundamental para la tranquilidad mental y física. Sin embargo, muchas personas sienten culpa por dormir mucho, como si el tiempo de reposo fuera un lujo o una señal de pereza.
La realidad es otra: un cuerpo descansado responde mejor al estrés y toma mejores decisiones. Dormir mucho no es sinónimo de ser improductivo. Es un acto de amor propio cuando el cuerpo lo necesita. El problema aparece cuando el sueño se convierte en una forma de evasión.
Quien duerme para evitar enfrentar su vida, no está descansando, sino escapando. Para mantener una vida en paz, es importante diferenciar entre un descanso necesario y uno que surge del miedo o la desmotivación.
No hay un número exacto de horas perfectas para todos. Cada persona debe aprender a escuchar su cuerpo. Si un día sientes la necesidad de dormir mucho, hazlo sin remordimientos. Si notas que duermes en exceso por tristeza o ansiedad, es momento de revisar qué sucede internamente.
El descanso debe ser un aliado, no una prisión. Dormir mucho cuando el cuerpo lo pide es una decisión inteligente. Aceptarlo sin culpa permite vivir con más equilibrio.
Controlar la mente: El poder de decidir qué pensamientos alimentar
La paz depende de la calidad de los pensamientos. Si la mente está llena de preocupaciones, culpas y rencores, será imposible encontrar tranquilidad. Muchas personas creen que no pueden controlar lo que piensan, pero la realidad es diferente: cada uno decide qué pensamientos alimentar y cuáles soltar.
Dormir mucho puede ayudar a despejar la mente, pero no soluciona los problemas si al despertar se sigue el mismo patrón de pensamientos negativos. La clave está en cuestionar cada idea que genera estrés. ¿Realmente es un problema? ¿Tiene solución? ¿Depende de mí o debo soltarlo? Hacer estas preguntas ayuda a filtrar lo que merece atención y lo que no.
El control mental no significa reprimir emociones, sino elegir qué emociones guiarán la vida. En lugar de enfocarse en lo negativo, es mejor centrarse en lo que aporta calma y bienestar. Agradecer lo que se tiene, soltar lo que no se puede cambiar y actuar en lo que sí es posible transformar.
Cuando la mente deja de alimentar pensamientos dañinos, el cuerpo lo refleja. Menos tensión, mejor descanso y una vida en paz. Dormir mucho puede ser una herramienta para reiniciar la mente, pero la paz real se consigue con práctica diaria y decisiones conscientes.
Equilibrio entre actividad y descanso: No todo es hacer, pero tampoco todo es dormir
La paz se mantiene cuando hay equilibrio entre el hacer y el descansar. Algunas personas viven en un estado de agotamiento constante porque creen que deben ser productivas todo el tiempo. Otras caen en el extremo opuesto, refugiándose en la pasividad y usando el descanso como escape.
Dormir mucho puede ser positivo si se combina con actividad consciente. Un cuerpo que descansa bien necesita moverse, estirarse, respirar aire fresco y recibir luz natural. Quedarse en la cama todo el día puede parecer tentador, pero no aporta equilibrio.
Cada persona debe encontrar su propio ritmo. Trabajar sin descanso solo genera estrés y fatiga. Dormir mucho sin ninguna actividad también desequilibra el cuerpo y la mente. La clave es encontrar un punto medio, donde haya momentos de acción y momentos de reposo.
Dormir mucho debe ser una decisión basada en el bienestar, no en la pereza o el miedo a enfrentar la vida. Cuando se logra este equilibrio, la paz se convierte en un estado natural. La paz se mantiene cuando se encuentra un equilibrio entre la productividad y el descanso.
Muchos se sienten atrapados en una constante búsqueda de productividad, sin permitir espacio para relajarse. Por otro lado, quienes se refugian en el descanso excesivo también pierden el equilibrio.
Dormir mucho puede ser positivo, pero solo si se acompaña de momentos de actividad que revitalicen el cuerpo y la mente. Estirarse, caminar al aire libre y exponerse a la luz natural son formas de mantener un equilibrio saludable. El descanso no debe convertirse en evasión. El verdadero bienestar se logra cuando se elige dormir mucho solo cuando el cuerpo lo necesita y no como una forma de escapar del estrés.
Conclusión
Mantener una vida en paz no es complicado, pero sí requiere decisiones conscientes. Dormir mucho ayuda a recuperar energía, pero no es la única clave. Controlar los pensamientos y encontrar equilibrio entre descanso y acción son esenciales para vivir con tranquilidad.
Si la mente está en calma, la vida también lo estará.
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