Cuando duermo alguien me toca el cuerpo

Cuando duermo alguien me toca el cuerpo. Cada vez recibo más mensajes sobre este tema y por lo general, más les pasa a mujeres, al menos eso es lo que las tiene preocupadas puesto que no saben lo que les pasa. El problema se basa en que cuando duermen alguien les toca, por eso al referirse a esto lo dicen así: «Cuando duermo alguien me toca el cuerpo».

Hay un caso en el cual es lo que termino de concluir, que todo está en el miedo de la persona que desde luego, no quiere decir que ella la mujer, tiene miedo por lo que está pasando aunque eso sea lo que pasa, pero el miedo que ella tiene no es por lo del momento, está basado en miedos anteriores.

Para que esto sea entendido, expongo el mensaje: «Cuando duermo alguien me toca el cuerpo, aunque no es todo el tiempo pero cuando pasa es atemorizante,  ya que al comienzo no era así, solo era que me tocaban el cabello pero con suavidad, que desde el comienzo me asusté. El caso es que ahora que ha pasado varios meses, me tocan todo el cuerpo».

Como se darán cuenta, el problema a ido de poco para más sin dar síntomas que pueda parar, porque según ella, ya no se conforma con el cabello, ahora es con el cuerpo, aunque no creo que sea igual como se vio en una película, en la que el ente abusaba de ella a diestra y siniestra, al menos eso no dice pero sí que la toca.

Cuando duermo alguien me toca

El problema con esta señorita, es que está tan asustada que no se da cuenta que es ella, la que le da la fuerza para que esa cosa, la pueda tocar. Los entes o aparecidos sean estos fenómenos de lo paranormal, no pueden tener fuerza como para hacer que las cosas se muevan o peor que puedan tocar a una persona, mientras no tengan la energía necesaria.

Esto quiere decir que al no ser corpóreos no tienen libertad, para poder tener consistencia física, pero si alguien le da o puede tomar de una persona que esté dispuesta, a darle lo que el ente necesita, podrá hacer eso y muchas cosas más.

Desde luego que nadie va a estar dispuesta a darle la energía que requiere, pero, una persona que entra en temor no tiene control de lo que hace, o piensa y por tal cuando se asusta deja la puerta abierta, para que su cuerpo derroche energía lanzándola al exterior de su cuerpo, que el único que puede ver y sentir esa energía, es el ente.

Ahora como sabe que nadie se lo dará, coge de donde la ve que está lista dispuesta y gratis, como es en el mundo de lo astral. Esto hace que al saber que esta señorita está cargada de energía, lo que hace es hacer lo que puede, esto es que con lo poco que absorbe de energía, se hace consistente su cuerpo y por tal, hace lo que puede, tocar, para así siempre lo esté alimentando.

¿Es el miedo lo que denomina esto?

Últimamente me ha pasado alguna que otra experiencia. Ayer en la noche, justo cuando me iba a dormir, alguien tocó mi pierna. Pero como sé lo que puede ser, simplemente sigo con mi proceso de dormir y no le hago caso. El otro día, escuché muy cerca de mí una especie de exhalación, como cuando se inspira profundamente.

Claro que fue así, ya que todavía estaba despierto pensando en lo que haría al día siguiente. Fue tan claro que podría haber pensado que alguien estaba a mi lado. Sin embargo, no era así, ya que vivo solo. A pesar de eso, lo que hice fue asustarme un poquito. Luego pensé que era algo fuera de mi ser y, como estoy solo, entonces es del otro lado.

Desde luego, me puso a pensar, pero como ya sé lo que es, y que no gano nada con pensar en lo que pasó, me tranquilizo. Si dejo que el temor me gobierne, ya tendría a estas alturas quién sabe cuántos entes pegados a mí. Para que las cosas no se agraven, lo mejor es mantener la calma y no alimentar la situación con miedo.

El miedo es lo que alimenta lo que no se ve, y es lo que les da fuerza. Si uno no se deja atrapar por ese miedo, se puede seguir adelante sin que la presencia de algo extraño tenga control sobre nosotros. De esta forma, el miedo pierde su poder y dejamos de ser vulnerables. Esto es algo que he aprendido con el tiempo, y es lo que me ayuda a enfrentar las experiencias con mayor serenidad. Si dejas que el temor gobierne, te conviertes en blanco fácil de lo desconocido.

Cuando duermo, alguien me golpea debajo de la cama

Esto sin contar que hace un mes, más o menos a las tres de la mañana, alguien debajo de mi cama golpeó la tabla que sostiene el durmiente (ya se imaginarán a qué me refiero). El caso es que fue tan fuerte que me desperté. Pero como ya me imagino que se trata de alguien que quiere provocarme, lo que hago es seguir durmiendo sin mover un músculo.

No es fácil, pero una vez que entiendan de qué va esto, ustedes podrán hacer lo mismo, igual como le expliqué a la señorita del mensaje. Una persona que se deja dominar por el miedo a lo desconocido, puesto que es algo que no puede ver, tendrá un huésped en su casa y no podrá sacarlo, ya que cuanto más miedo tenga, peor será la situación.

El miedo alimenta lo que no se ve, dándole fuerza a lo que nos rodea. Por eso, aprender a mantener la calma es esencial para mantener el control. Aunque parezca algo difícil, hay técnicas que ayudan a desconectar de esa energía negativa. No basta con ignorar lo que pasa debajo de la cama; es necesario tomar la actitud correcta y recordar que el miedo es el principal aliado de lo desconocido.

Cuando uno no teme, no hay espacio para la influencia de fuerzas ajenas. Lo que hay que hacer es enfrentar la situación con serenidad y no dejar que el miedo gobierne nuestra vida. Aunque la experiencia sea aterradora, la forma en que reaccionamos ante ella marcará la diferencia. En ese momento de vulnerabilidad, es cuando la mente puede ser más poderosa que cualquier presencia.

El miedo a lo desconocido y sus raíces

El miedo a lo desconocido es una de las emociones más comunes y naturales en los seres humanos. Se manifiesta cuando enfrentamos situaciones o experiencias que no comprendemos completamente.

Este miedo surge por la incertidumbre que genera no saber qué sucederá. Por ejemplo, cuando duermo en un lugar nuevo, es normal sentir una ligera incomodidad porque no estoy familiarizado con el entorno. Este miedo está relacionado con la supervivencia, ya que nuestros ancestros dependían de la habilidad de reconocer peligros desconocidos para protegerse de amenazas.

Cuando duermo, mi mente está más alerta a los sonidos y movimientos extraños, lo que puede generar una sensación de inseguridad. La falta de control sobre una situación desconocida crea ansiedad, ya que no sabemos cómo actuar ante ella.

El temor se agrava si esa sensación se repite en la noche, como cuando duermo en un sitio diferente al habitual. En estos casos, el cerebro responde de manera instintiva al percibir lo extraño como una posible amenaza.

Este tipo de miedo también está relacionado con la anticipación de lo que no podemos ver ni predecir. Cuando duermo, por ejemplo, el silencio o la oscuridad pueden parecer más intensos, alimentando ese temor hacia lo desconocido.

La mente humana tiende a llenar los vacíos con pensamientos aterradores cuando no hay información clara. Esto hace que el miedo se intensifique, pues el ser humano teme lo que no puede controlar ni entender.

El impacto del miedo y cómo gestionarlo

Cuando duermo, el miedo a lo desconocido se convierte en algo más tangible. La ansiedad genera reacciones físicas, como la aceleración del corazón o la sudoración. El temor surge principalmente cuando percibimos algo fuera de nuestro control, lo que nos lleva a la conclusión de que podríamos estar en peligro.

Esto puede suceder cuando nos encontramos en lugares solitarios, o incluso en la comodidad de nuestra casa, donde todo parece familiar. El miedo a lo desconocido se convierte en un obstáculo cuando nos limita y nos impide explorar nuevas oportunidades o enfrentar nuestras propias inseguridades.

Cuando duermo, esta sensación puede ser más fuerte si algo me hace sentir vulnerable, como ruidos extraños o movimientos inusuales. El cerebro humano, diseñado para detectar amenazas, suele interpretar lo desconocido como peligroso, activando respuestas instintivas para protegernos.

Este proceso es instintivo y ocurre sin que tengamos control consciente sobre él. La clave para superar este miedo radica en enfrentarlo de manera gradual. Cuando duermo, reconocer que lo desconocido no siempre es peligroso es un paso importante.

Con el tiempo, aprender a convivir con la incertidumbre y no dejarse dominar por ella puede ayudar a reducir el miedo. La exposición progresiva a situaciones que nos resultan extrañas, como dormir en diferentes lugares, puede desensibilizarnos, ayudándonos a mantener la calma. Así, el miedo pierde fuerza y comenzamos a comprender que no todo lo desconocido es una amenaza real.

El miedo a lo desconocido forma parte de nuestra naturaleza, pero no tiene que gobernar nuestras vidas. Cuando duermo, reconozco que el miedo es solo una sensación que puedo controlar si decido afrontarlo con valentía y determinación.

En conclusión:

Toda esta clase de experiencias paranormales se basa solo en energía, que si la persona en la cual habita un lugar por donde pase un ente, le de una miga de pan de temor, tenga por seguro que estará pendiente de ti, si es que al primer movimiento que pueda hacer el ente, tú te asustas seriamente, ese pasante se convertirá en huésped.