Dormir mucho es un problema muy serio | Resuelto

Dormir mucho

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Relatos para dormir El caso del amante misterioso

Relatos para dormir El caso del amante misterioso

Relatos para dormir El caso del amante misterioso. En el escrito anterior puse un caso de mujeres que les ha tocado vivir experiencias paranormales impresionantes, que si me lo cuentan no lo hubiera creído ni así me paguen. Ahora como me he dado cuenta que hay personas que les gusta leer de estos casos, decidí crear una categoría en la que escriba todo lo que tiene que ver con dormitorios o sueños que esté fuera de lo normal, y sí que hay muchos, al menos en mi profesión uno se entera de casos impresionantes.

Ahora para empezar desde este momento esta categoría se la conocerá como «Misterio», en la cual estará como inicio de cada relato corto la parte «Relatos para dormir» que de ahí parte el nombre de cada título de la historia a contar con la certeza de que nada será inventado. Es de suponer que no soy una biblioteca para tener los casos uno tras de otro ya que al ser propios, son escasos, ahora si quieren inventados puedo sacar por cientos pero ese no es el caso en este blog.

Relatos para dormir El caso del amante misterioso

Relatos para dormir: El caso del amante misterioso

Hace unos quince años conocí a una pareja que recién mantenían una relación amorosa, claro que esto no era nada raro ya que así se lo conoció en el barrio en el que estaban viviendo, pero sin saber que esa no era la vida propia del señor, que en este caso no importaba puesto que eso era problema de ellos y nadie más.

Todo iba bien pero cierto día hubo una reunión de amigos del sector, en el que cada uno contaba sus anécdotas hasta que alguien de ese barrio contó que una vez trabajó en esa casa, y que la señora era media alterada pero muchos comentaban que tal vez era por la edad, puesto que es menor a su marido con veinte años y que de paso en ese tiempo ella apenas tenía diez y ocho años.

El caso es que ella era de las mujeres que no le importaban andar en calzón en la casa así haya gente trabajando, esto no quiere decir que estaba regalando favores, lo que pasa es que algo como que tenía suelto en su cabeza o simplemente, actuaba como las hijas de los terratenientes de épocas antiguas que el peón no podía ni mirar a las mujeres de la casa porque eso era pecado.

Ahora tal vez sea eso ya que miraba a los demás como si no estuvieran en casa, aunque sospecho que solo lo hacía para inquietar y de esa forma molestar a su marido por algo que no le dio, que se puede decir que simplemente es un acto de una niña malcriada.

Esto no era lo raro que pasaba en esta casa puesto que el relato que dio aquel hombre que había trabajado ahí, dijo que después de que esta señora que en edad muy joven se paseaba en ropa interior por la casa, empezó a pasar cosas raras que al comienzo todo quedó como bromas de mal gusto de algún compañero de trabajo.

Pero con el tiempo se supo que no era así ya que cierto día en el que todos trabajaban en una pared de la casa, a uno de ellos les dio por dar un golpe en esa pared para ser respondido con dos golpes pero de la parte de atrás. Al comienzo se pensó que uno de ellos lo estaba haciendo que por eso no hicieron caso.

En el almuerzo, uno de ellos dice:

— ¿Quién de ustedes golpeó la pared?

Todos se quedaron callados sin saber qué decir puesto que cada uno pensaba con lo mismo, «Yo no fui» pero como siempre hay alguien que se toma las cosas a lo gracioso y tratando de dar un tinte de misterioso, responde.

—Yo no fui pero si no fue alguien de nosotros entonces fuiste tú ya que estabas justo al final de la pared.

Desde luego que esto sorprendió al que hizo la pregunta puesto que era él el que escuchó casi directamente porque el golpe fue en su lado. Sin perder paciencia, siguió comiendo pero pensando: «Si no fue él que es al que se le ocurren hacer bromas tontas, entonces ¿Quién fue?». Sin pensarlo más lo acusa en forma de broma.

—Fuiste tú y no te hagas —sin esperar respuesta sigue comiendo.

—Ya te dije que no fui y el único que pudo hacerlo eres tú y nadie más.

Esto hizo que los dos se paren en señal de disgusto por lo que se decían y que al comienzo solo fue una pregunta, pero parece que esto si asustó a los demás solo que no dijeron algo al respecto. Después de comer todos regresaron a su trabajo y ni bien cogieron las herramientas, se oyó de nuevo dos golpes en la misma pared.

Ahora el problema es que nadie estaba cerca para decir que esa persona fue, pero si fue escuchado por todos los presentes y cada uno se miraban con cara de ¿Y…ahora? Pero como siempre el miedo es el peor error que una persona pueda cometer, aunque muchos digan que es algo que se siente y que no depende de la persona.

En eso si es verdad pero también lo es, que depende de cada quién para controlarse, pero cuando esa parte no se entiende, la persona se convierte en presa fácil de los demás. El caso es que por orden se acercaron a la pared para seguir en lo que hacían y no pasó algo que se diga «raro» y todos se quedaron tranquilos.

Al día siguiente, ya faltaba solo terminar esa parte de la casa puesto que su trabajo era un aumento en el cual es ahí donde pasaron a vivir la pareja de la casa. Esto era porque en el piso de abajo en el que vivían, era muy pequeño y por tal lo que hicieron fue alzar un piso completo para ellos y lo anterior lo alquilaron junto con los demás cuartos.

Al comienzo de la mañana no pasó algo raro y todos tranquilos seguían en su trabajo y ya cuando apenas faltaba unos minutos para el almuerzo, alguien golpeó la pared pero esta vez fue visto por uno de los trabajadores, lo que hizo que le lluevan una cantidad de insultos por el susto que dio.

Todos tranquilos y listos para salir a comer, alguien golpeó de nuevo la pared, pero esta vez, todos estaban unidos, ¿Quién fue si no había alguien que lo haga? Esto no hizo esperar reacciones que todos quisieron salir corriendo por la misma escalera pero no cabían y por tal, del miedo que sentían, dos de ellos se lanzaron por la ventana hacia un cerro de arena que había abajo.

Una vez abajo, todos callados y se fueron caminando a comer. Cuando regresaron nadie quiso subir y el dueño de la casa que estaba trabajando abajo les llamó la atención, pero fue en vano, de paso ya no querían trabajar y peor entrar a recoger sus pertenencias. Desde luego que esto hizo molestar al dueño de la casa añadiendo que eso es mentira y que por vagos no querían terminar.

En vista de la negativa, el dueño sube al piso que estaba por terminar y bajó diciendo:

—Aquí no pasa algo raro, lo que pasa es que son unos vagos y maricones.

—Señor en esta casa penan y duro, porque ni siquiera es de noche para decir que por miedo a la noche que nos asustamos por mariconada, no es así, porque a usted no le han golpeado la pared pero a nosotros sí —con la mirada con clara señas de temor miraba su contratador—. Por eso mejor lo dejamos como queda y que otro termine ya que solo falta la última parte de la pared maldita.

Para esto estaba la señora de la casa escuchando y riéndose al mismo tiempo, que desde luego esto molestó a los trabajadores que le dijeron que por ser muy «niña» no sabe de lo que puede hacer un espíritu cuando quiere molestar. Esto no hizo ni mella en la persona de ella puesto que sin responder sube dando pasos coquetos y meneando bien su gran trasero, y estando arriba.

—A ver que mierda es que pasa aquí, una sarta de maricones que se asusta de simples golpes, a ver quiero que me lo hagan a mí si pueden.

Sin esperar nada se escucha los consabidos golpes en la pared y ella no sabe qué decir y para salir de dudas, empieza a recorrer los cuartos para comprobar que no hay alguien hecho el chistoso, pero no encuentra algo que compruebe su sospecha, con eso se queda pensando y dice:

—Conmigo ni se metan.

Dicho esto bajó y con una sonrisa les dijo a todos, «¿A eso le tienen miedo cobardes?» Sin esperar más todos avergonzados subieron a trabajar, más por el público que se junto como en pueblo chico, curiosos por todos lados para conocer más de la casa maldita, que se pasó a conocer de esta manera solo por la mala fe de los que no tienen nada que hacer.

Hasta ahí llegó el relato de aquel hombre que un día trabajó en esa casa y luego de esto, otro que estaba en el grupo dio su parte puesto que este señor hace de taxista por el cual en algunas ocasiones le ha hecho viajes a ella como pasajera, pero esto fue como algunos años después de lo que pasó cuando estaban construyendo el aumento de la casa.

Su relato fue fácil puesto que estábamos acompañados de un buen aguardiente y como todos solo era para amenizar, ya que así, las palabras salen con facilidad, por esto empezó que en cierto día fue solicitado para un viaje cerca de la ciudad y cuando regresaron ella dijo en voz alta.

—Ahí está ese desgraciado.

—¿Quién señora?

—Yac, así lo llamo porque no sé como se llama.

—No entiendo, ¿Así no se llama su marido o si?

Esta chica se quedó pensando y respirando un poco con tranquilidad dijo muy claro.

—No se trata de mi marido, se trata de ese tipo que está en el balcón —señalando hacia su casa miraba hacia arriba.

Pero lo raro en esto es que este señor jura que ahí no había alguien que se diga, pero ella lo veía con una mirada como de resignada y que solo hay que seguir y nada más. Con el tiempo en otro viaje que ella le solicitó, este señor le preguntó sobre lo que una vez le dijo.

—Señora, ¿Le puedo hacer una pregunta?

—Claro que sí, además ya me conoce y por eso no se preocupe —le decía mirándole a los ojos con tranquilidad—. Además ya me imagino lo que me va a preguntar.

— ¿Cómo puede saber lo que quiero preguntar?

—Claro que sé, porque vi su cara cuando la otra vez le dije lo que me esperaba en la casa y créame que esto no sabe ni una persona, con decirle que ni mi marido lo sabe, al menos su cara fue de misterio y recelo, ¿Me equivocó?

—Desde luego que no, pero no estaba asustado solo inquieto porque la verdad mi pregunta es, ¿A quién se refiere con Yac? Puesto que yo no vi alguien parado en su balcón pero usted lo señalaba y por eso me quedó la inquietud de quién es.

Relato del amante misterioso
El caso del amante misterioso

Escuchando esto la señora cerró los ojos y pensó por un rato y luego pensó un poco más pero con los ojos abiertos. Luego de un rato dijo:

—lo que pasa es que hay un tipo que no sé quién es, pero cuando salgo ya está parado en el balcón como lo haría un marido celoso, ahora cuando estoy ahí si lo siento pero no lo veo. Por si acaso no le tengo miedo y eso es lo raro, porque al no saber lo que es y que solo lo veo cuando salgo, ¿Por qué no tengo miedo?

—A ver si le entendí, hay un tipo que no es de cuerpo, porque no lo puede ver pero lo siente, ahora cuando sale si lo ve pero a distancia, ¿Es así?

—Sí.

—Lo normal sería que se asuste pero no lo hace a pesar que no sabe lo que es…eso si está muy raro y de paso que no sabe su marido, ¿Acaso él no siente lo raro de su casa?

— ¡Ese no siente ni la brisa que le pasa por su cara!

—Lo bueno de esto es que a usted no le hace algo como para que se asuste, al menos eso creo —al terminar la frase, se da cuenta que su rostro se pone medio pálido clara señal de algo está pasando—. ¿Qué le pasó? Se ha puesto algo rara.

—Si supiera y mejor no le digo porque ni yo muchas veces no quiero creer, porque eso ya ha pasado los límites de lo creíble, al menos para mí.

Esto fue lo que contó este señor y que no fue lo único ya que en próximos viajes decía lo mismo como si estuviera programada solo a decir eso. Al menos nunca le dijo a que se refería con lo que no quiso contar. Después de un tiempo tuve una pequeña amistad con la señora, que por una casualidad me conversó y que por tiempo no dije como parte de mi versión, al menos nadie me dijo o me preguntó si sabía algo de esa casa.

El caso es que al saber que algo raro le pasaba a esta señora que ya es un buen tiempo que no la veo, pensé que tal vez es el resultado de lo que dijo cuando estaban terminando la casa, «Conmigo ni se metan», que esto en cualquier parte se llama «desafío» o «reto» y eso es una de las cosas que no se debe hacer nunca porque es ahí cuando se encaprichan los malos espíritus, entes o como lo quieran llamar.

Pienso que está muy largo y por tal…continuará en el próximo artículo dando lo que en verdad le estaba pasando (no sé si ya no) que en realidad me asusté un poco, porque esos casos solo los he visto en películas, ¿Sea acuerdan de la película «El ente«? Es algo parecido. Lo terrible pasó cuando ella quedó embarazada, pero eso mejor en otro momento porque ya es muy de noche y quiero dormir.

La segunda parte de este relato está en este artículo El amante misterioso 2


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